Coordinare introduce un nuevo paradigma de coordinación en las organizaciones: la coordinación profesional.Coordinare basa su accionar en tres condiciones nucleares y quince atributos que le dan vida a todo proceso de coordinación. Las primeras son: respeto, confianza y predisposición para agregar valor en todos los procesos. Sin ellas, la coordinación profesional no es viable aunque es posible, por supuesto, hacer coordinaciones tradicionales pero éstas han demostrado que ya no le agregan valor a las ejecuciones.Además de las condiciones preliminares, la coordinación profesional se apoya en atributos que hacen que sus procesos sean efectivos y sus resultados sostenibles durante el tiempo que dura la ejecución y aún después, estos son: integración, continuidad, armonía, balance entre rigidez y flexibilidad, foco alternativo entre síntesis y análisis, recursividad, gestión del riesgo, sinergia, interdependencia, redundancia mínima, escalabilidad, equilibrio en las dimensiones de la organización, reflexibilidad, trazabilidad y mejora de la ejecución. La coordinación profesional está integrada por cinco dimensiones explícitas y dos implícitas. Las explícitas son: actividad, tiempo, espacio, personas y comunicación mientras que las implícitas son: enfoque (depende de la actividad) e intención (depende de las personas).La coordinación profesional se desarrolla en dos actos: la integración de la matriz de coordinación y la aplicación del criterio de coordinabilidad, por un lado, y el seguimiento de la coordinación, por otro, separados, y a la vez, unidos, por la función de la coordinación. Dentro de un nuevo paradigma de coordinación, Coordinare propone un nuevo perfil que se encarga de la misma: el coordinador profesional, quien junto a su equipo, lleva adelante todos los procesos que implican la coordinación y hace que sea posible desarrollar una ejecución efectiva, tal es su objetivo principal. Para ello debe dominar y aplicar los mecanismos de coordinación más efectivos y sortear las muchas y diversas barreras organizacionales que se interponen en su camino. De esta manera el coordinador profesional se transforma en el principal aliado de los responsables de la ejecución que coordina y así potencia el rendimiento global de las ejecuciones de las organizaciones alineando el alcance de la coordinación con los pilares estratégicos de las mismas.Coordinare tiene dos principales destinatarios, por un lado, las ejecuciones particulares, las que desarrollan los individuos respecto a sus propias ejecuciones; la intracoordinación, y, por otro, las ejecuciones organizacionales, las que incluyen a todas aquellas ejecuciones sociales, desde las que desarrollan las pequeñas y medianas empresas hasta las grandes corporaciones, pasando por las empresas de familia y aún las ejecuciones de los gobiernos -locales, provinciales o regionales y nacionales-, y más también, las que llevan adelante las organizaciones de alcance global; la intercoordinación en las que la coordinación profesional despliega todo su potencial.